Los tripulantes del tren de la vida disfrutan el camino, al
calor de unas velas y a la brisa del viento: bailan, gritan y gozan; saben que pronto llegarán a la última estación; aunque cuando llegan no se
enteran, porque la última estación suele ser impaciente con la hora de llegada
de los tripulantes, y se adelanta.
Muy bueno, como todo lo que escribís. :)
ResponderEliminarMe recuerda un poco a un cuento llamado "El guardagujas", viene en una antología que se llama "El cuento hispanoamericano", te lo recomiendo. Sigue escribiendo!
ResponderEliminarLo leí; me gustó.
EliminarDe ustedes, lectores, depende si trata de lo mismo.